Una vez más, la posición de OLMAR como proveedor líder de autoclaves para la industria aeroespacial consigue que su experiencia y buenas prácticas lleguen a nuevos territorios con su último proyecto.
Actualmente OLMAR se encuentra inmerso en la construcción de un autoclave que traspasará de nuevo nuestras fronteras. Será la República Checa, país con el que OLMAR ya colaboró anteriormente de forma exitosa, donde se instalará esta nueva fabricación. Un acuerdo que vuelve a consolidar a OLMAR una vez más su posición en el mercado europeo.
El Centro de Investigación Aeroespacial de la República Checa (VZLU por sus siglas en checo) será el destino final de este nuevo autoclave. Esta institución, fundada en 1922 es la tercera más antigua de su tipo en el mundo y gracias a su trabajo ha conseguido colocar a su país como uno de los más relevantes en el sector aeroespacial.
La aportación de OLMAR en los desafíos de la industria aeroespacial
Aunque son más de 1500 los kilómetros que separan las instalaciones de OLMAR en Gijón con las del VZLU, ambos tienen en común su compromiso con la innovación para impulsar la industria aeroespacial gracias a sus avances tecnológicos.
El equipo de trabajo del centro VZLU, líderes del programa especial y tecnológico checo, participa, por ejemplo, en el desarrollo de un motor aéreo híbrido, que reducirá el consumo y las emisiones de dióxido de carbono que genera su actividad.
Reducir la huella de carbono es precisamente uno de los muchos beneficios que persigue OLMAR mediante su actividad en la fabricación de autoclaves para composites. Y es que los compuestos de fibra de carbono han revolucionado por completo la industria aeroespacial convirtiendo este material en una pieza estratégica clave para la construcción de aeronaves más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Beneficios de la fabricación de composites en autoclaves
En el sector aeroespacial, el uso de autoclaves es fundamental para maximizar las ventajas que suponen los materiales compuestos de fibra de carbono.
Gracias sobre todo a su ligereza y resistencia, los compuestos de fibra de carbono son responsables directos del menor consumo de combustible en los trayectos de aeronaves. Además, su dureza y mínimo desgaste consigue alargar significativamente la vida útil de los compuestos, reduciendo los costes de renovación del material. Sin olvidar que mediante su diseño optimizado impulsa la eficiencia aerodinámica, mejorando por tanto la calidad del vuelo.
La República Checa, cuenta con una larga tradición en las industrias de maquinaria, electrotécnica, de armas y aeronáutica que representan la base del desarrollo a largo plazo de sus regiones internas.